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¿Cómo hacer el flamenquín cordobés más rico del mundo?

17 de diciembre de 2023

El flamenquín cordobés es un plato típico de la gastronomía andaluza, que consiste en filetes de lomo de cerdo enrollados con jamón serrano y rebozados en pan rallado, que se fríen en aceite de oliva. Es un bocado jugoso, crujiente y sabroso, que se suele acompañar de patatas fritas o ensalada.

Pero, ¿cuál es el origen de este plato tan popular? Según algunas fuentes, el flamenquín nació en el pueblo de Bujalance, en la provincia de Córdoba, de la mano de un señor llamado Antonio Penalva, que trabajaba como cocinero en el restaurante Madrid-Sevilla, en Andújar, Jaén. Allí aprendió la receta de su amigo Manuel Gavilán, el dueño del establecimiento, y la llevó a su pueblo natal, donde la difundió y la perfeccionó. Otras fuentes, sin embargo, sitúan el origen del flamenquín en la propia ciudad de Córdoba, donde ya se anunciaba en el Diario de Córdoba en 1908.

Sea como sea, lo cierto es que el origen del flamenquín está inequívocamente ligado a Córdoba y por ello se ha convertido en un símbolo de la cocina cordobesa, que fusiona las influencias de las distintas culturas que han pasado por esta tierra: romana, musulmana y cristiana. El cerdo, el jamón, el aceite y el pan son productos básicos de la dieta mediterránea, que se combinan en este plato de forma sencilla y deliciosa.

La receta tradicional del flamenquín

Para preparar el verdadero flamenquín cordobés, hay que seguir unos pasos muy fáciles:

  • Lo primero es aplanar los filetes de lomo con una maza, para que queden finos y tiernos.
  • Luego, se cubren con lonchas de jamón serrano, que pueden llevar o no tocino, según el gusto. Algunas variantes también añaden queso o huevo duro, pero la receta tradicional no lo lleva.
  • Después, se enrollan los filetes sobre sí mismos, formando cilindros alargados, que se cierran bien por los extremos.
  • A continuación, se rebozan los flamenquines, pasándolos por harina, huevo batido y pan rallado.
  • Por último, se fríen los flamenquines en abundante aceite de oliva caliente, hasta que queden dorados y crujientes. Se escurren sobre papel absorbente, para eliminar el exceso de grasa, y se sirven calientes, cortados en rodajas.

Si quieres degustar el auténtico flamenquín cordobés, te recomendamos que visites el restaurante El Caballo Rojo, situado en plena judería de Córdoba, frente a la Mezquita-Catedral. Somos fieles a la receta tradicional, y elaboran sus flamenquines con los mejores ingredientes y el mayor cuidado. Además, podrás disfrutar de otras especialidades de la cocina cordobesa, como el salmorejo, las berenjenas fritas o el rabo de toro. No te lo pierdas, y reserva tu mesa en su página web o por teléfono.

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